Si tengo que hablar de este trabajo no puedo solo hablar de nuestro vídeo, de lo que hoy vamos a proyectar, no puedo hablar solo de un corto de dos minutos... Fue muchísimo mas que eso en todos los sentidos, mas allá de que esté más que conforme con el resultado final. Fue una de las mejores experiencias que tuve, sin dudas. Fue encontrarme con mucho más de lo que esperaba. Haber llegado a Open Door y descubrir esta gente, con otra alternativa de vida, que nos abrió las puertas a introducirnos en su mundo, levantar casas de barro con ellos, proyectar a los niños, incluirnos en su mundo como si fuéramos parte de ellos, es algo increíble.
Creo que mas allá del trabajo pudimos rescatar algo de este lugar que no era un común, que nosotros supimos encontrar, y ese merito es enorme, pero sobre todo por las cosas que pasamos tanto en los momentos de filmación como cuando apagábamos las cámaras y poníamos manos a la obra. Fueron parte de nuestro proyecto y nosotros del de ellos. Aprendimos mucho sobre nuestra labor como diseñadores de imagen y sonido, pero también muchas otras cosas que vinieron de la mano y que no son cosa menor.
Las relaciones que entablamos, todo lo que aprendimos, todo lo que disfrutamos este viaje es nuestro gran mérito, o así yo lo creo. Pudimos llevar a aquel lugar de Open Door algo de nosotros, y todavía falta nuestra proyección del corto allí, para ellos. Eso me llena de alegría.
Creo que nuestro trabajo cumplió con todas mis expectativas y las supero, porque mas allá de esta entrega final, el viaje, al menos para mi, no terminó.
